lunes, 30 de septiembre de 2013

Me ven feliz

Hola a todos, de nuevo:
Ya he perdido un par de kilos desde que empecé de nuevo, y la verdad, sin hacer deporte, me cuesta un poco más, pero no es imposible, evidentemente.
He reducido mucho las cantidades, pero he observado una cosa, le gente, mis conocidos, cuando me ven comer como una mula, me ven feliz y ellos son felices viéndome feliz, así que es una pescadilla que se muerde la cola.
Sin embargo, ellos no comparten todos y cada uno de los momentos en los que estoy feliz, por no haber comido y por tanto, verme más delgado.
Y sí, es curioso, me he fijado y me ocurre en muchas ocasiones y de manera muy dispar, por ejemplo:
- Mis padres saben que trago como una mala bestia, pero sin embargo, de vez en cuando, hay alguna sorpresa visible a mis ojos por algún lugar de la casa, por ejemplo, lomo de caña ibérico, que no es del todo malo, pero me lleva a hartarme de pan... con lomo, menos mal que no le echo aceite de oliva.
- Cuando salgo por ahí con mis amigos, voy concienciado en no comer muchos, no comer algo graso o con exceso de hidratos, pero es ponernos a pedir y pierdo el control, a lo que ellos piden, yo añado algún capricho, que estropea mi sabia elección, o como en exceso lo que a ellos les sobra, pero me ven contento.
- O esos casos en los que vas a casa de alguien con el que has quedado para luego, y les dices que no, que no quieres nada, que acabas de merendar, y aún así te ponen una bandeja de algo por delante justo una hora antes de salir a cenar.

Son situaciones en las que me encuentro un poco incomodo, porque me harto de decir no, no, no, no y no, pero al final acaba ocurriendo que como un poco más de la cuenta.

En fin, amigos, que seguimos en este largo y duro proceso de perder peso, con todos los obstáculos del camino, como en el Mario Bros ;-)

viernes, 20 de septiembre de 2013

Nos metemos en todo


Otra parte difícil, o que te toca la moral, en este periplo de perder peso, es que los demás lo sepan…

Por mi parte, evidentemente, todo el mundo lo sabe, y por esa misma razón, tengo a mi lado, unos 7 mil millones de doctores especializados en medicina de la obesidad.

Sin quererlo, o queriéndolo, no paran de darte lecciones de moral y rectitud en cuanto a cuestiones de disciplina se refieren, aunque yo suelo ser bastante disciplinado, aun así, siempre hay huecos para consejos “morales” de gente que se autodesautoriza al instante.

El cervecero delgado es el mejor exponente, se puede beber media fábrica de Heineken en una tarde en la que tu te meriendas un bocata de pollo, pimientos y cebolla con una fina capa de salsa ligeresa y un espectacular zumo de naranja natural sin azúcar;

¿así vas a perder peso?, te dice con la sexta cerveza Alhambra en la mano… sobran comentarios, no?

Otro de los grandes es ese que se fuma alrededor de dos paquetes al día, ese con el que te sientas siempre en una terraza porque HAY QUE FUMAR, y que huele a rayos desde que se despierta. Ese también me gusta bastante, se mete hasta polonio por los pulmones y vendería a su madre por un chester a las seis de la mañana harto de ron.

Sin duda, mi favorito,  es ese que hace la dieta de la cebolla(con muchos kinders bueno entre sopa y sopa), la dieta del tomate o la dieta del subnormal, diría yo…

Ese no para de decirte que no comas esto o aquello, que haciendo cinco comidas al día no se pierde peso, o que te tienes que mover, que hacer mucho ejercicio, te lo dice sentado con un paquete de galletas oreo entre barrita de biomanan y barrita de cereales…

Todos ven la paja en el ojo ajeno, y cuando se trata de perder peso, amigos, ahí si que todos aconsejan…

-          Todos piensan que el que está gordo es porque quiere.

-          Todos son expertos, sin tener ni puta idea de salud, no se trata de hacer dieta, amigos, se trata de comer con cabeza orientado a mejorar la salud, no a perder peso rápido.

-          Si supieran que sus consejos te llevan a  un microenfado que te lleva a pensar comerte algo perjudicial, se meterían la lengua en el culo.

-          Y sobre todo, “haz lo que yo diga, no lo que yo haga”.

Salvo problemas raros de salud y con 40 minutos de cardio diarios, puedes llegar a perder mucho peso, pero mucho, he perdido así hasta 40 kg, aunque hay recuperado doce kilos aproximadamente.

Así que amigos, a los que os dan consejos sin autoridad ni experiencia, escuchadlos y pensad:

“QUE SE MUERA LO MALO”

lunes, 16 de septiembre de 2013

De la droga y los drogadictos


No voy a negar que siempre he tenido una gran vocación por esos personajes degenerados que nunca han cambiado, ni han querido cambiar, y aún así, eso les llevó a la muerte, una muerte que ellos aceptaron desde el momento en el que no quisieron cambiar y volverse poetas del desgarre, de la tristeza, de lo abstracto...
Me refiero a voces como la de Robe Iniesta (todavía vivo, pero nadie daba un duro por el) y Miguel Angel Benítez, "Er migue", ex-cantante de Los Delinquentes o Rockberto, ex-cantante de Tabletom, no creo que hubieran triunfado en  Operación Triunfo, pero es  muy cierto que han dejado un legado enorme a la música, una mirada diferente y desgarradora.
Me ha costado mucho ver o entender la obesidad como una especie de enfermedad, que a mi no me ha limitado tanto, pero sí que me ha acompañado en mi vida con innumerables molestias, pero sobre todo me afecta en la inmediatez por la comida, aun saciado acudo a cualquier llamada de la comida por impulso.
Mi comportamiento con respecto a la comida me recuerda al comportamiento de los perros cuando, aun estando recién y bien alimentados, ven comida, se arriman y miran con deseo preguntándose: ¿cuando me va a caer algo? Imagino que es un proceso parecido al que tienen los fumadores con el tabaco, y los drogadictos con su droga, coca, heroína o lo que sea, cada uno con su vicio.
El mío tiene una dificultad añadida, tengo que enfrentarme a ponerme delante de la comida varias veces al día, he aquí la dificultad, imaginos a Robe Iniesta en un bufe libre de cocaína, pero metiéndose la que menos le coloca instantáneamente, pero la que mejor puntito le da a la larga.
Pues de eso se trata, verme rodeado de comida que me hace feliz al instante, pero no me deja buenos recuerdos a posteriori, gracias a un arduo trabajo, he aprendido a comer lo que mejor me sienta, aunque hay que mantenerse firme esas decisiones para que se vuelvan un acto reflejo.
Hace unos meses que me lesioné, concretamente unos 18 meses y que estoy medio parado sin moverme mucho, lo cual echo bastante de menos, porque es base para mantenerse concentrado.
Estos últimos meses he ganado unos 15 kilos que ahora mismo me planteo volver a perder.
Desde hace diez días que no me privo de nada, como siempre, pero que no como con tanta cantidad, simplemente, sacio mi curiosidad un pequeño bocado o dosis de la rápida, para centrarme con constancia en la buena droga y los resultados son espectaculares, me siento recuperando el tiempo perdido, el ritmo, y me empiezo a sentir mucho más confiado en mi mismo y con ganas de empezar a moverme un poco en la elíptica, ya que al menos, la natación no la he dejado, aun así tengo que permanecer en reposo un poco más, porque no estoy fino.
Me siento más confiado, por la cantidad de situaciones en las que me han ofrecido una serie de alimentos que he tenido que rechazar para poder escribir este post.
Comenzamos de nuevo la aventura de perder peso y ganar salud.

Bienvenidos de nuevo a todos.